HISTORIA

1-      
Foto: La ceiba, personaje central de la plaza de La Paz de Calamoima 
(Foto Oscar. Rodriguez) 

2         Foto tomada a mediados del siglo XX de La iglesia de La Paz de 
Calamoima, en la cual se nota el campanario externo con las 3 campanas mayores,  con panorámica de lo que era el mercado dominguero.
 (Foto Oscar Rodríguez)

 

3         Foto tomada en 1985 por Daysi Rueda

HISTORIA DE LA PAZ DE CALAMOIMA.


Por:  Flor Romero R.

 
Esta historia de La Paz de Calamoima es el fruto de los recuerdos de los ancianos que escuché en mi infancia y la investigación en los escritos de los cronistas de Indias, sobretodo del Padre Aguado en  su Recopilación Historial (1530).

 
Los rastros de la tribu de los Calamoimas nativos pobladores de la región, aparecen  mencionados en las Memorias de Aguado, cuando el alcalde español Antonio de Toledo emprendió la epopeya de conquistar y poblar la tierra de los Colimas, motu propio, con la disculpa de defender los naturales pacíficos para que sus comarcanos y cercanos vecinos no les hicieran daño.


 Entre esos nativos de paz estaban los Calamoimas, llamados así por ser de ciertas poblaciones y del valle llamados de ese nombre.

De manera que 300 de mis antepasados se unieron al ambicioso Antonio de Toledo para ahuyentar al enemigo. Relata que el conquistador enfermo fue llevado a hombros de los indios a la loma de Caparrapí, donde antes había estado alojado, de donde señoreaba y veía la tierra de los calamoimas, indios y términos de Mariquita y otras muchas poblaciones donde don Antonio mejoró.

 
El cronista no da la clave que permita adivinar cómo se originó la alianza entre Calamoimas y españoles, en qué condiciones se rindieron y cuál fue el precio a su sumisión. De todos modos, en las conversaciones con Moscas y Panches, el recopilador cuenta que:  se comen los unos a los otros inhumanamente y por esta causa y respeto hacerse crueles guerras, usar de una muchedumbre y multitud  de mujeres por ninguna vía querer para el prójimo lo que para sí quieren, vivir divididos y apartados unos de otros en partes remotas y solitarias y nunca permanecer congregados en una parte, de los cuales dice el filósofo que su vida o es angelical o bestial.


 
Los nativos Calamoimas fatutos se mezclaron con los forasteros, otros se arrojaron desde los desfiladeros ante el avance del conquistador y su recuerdo solo quedó estampado en el nombre de una quebrada que se seca durante los veranos y en el invierno alimenta pececitos de colores, ribeteada por helechos gigantes, anturios blancos y rosa, de pétalos parafinados, flores rojizas y trepadoras medicinales. La quebrada daría el nombre a este pueblo varado en la historia de Colombia, bautizado La Paz de Calamoima, de costumbres arcaicas, salido de un cuadro de la época de la liberación.


 
Por los predios de la Paz de Calamoima trasegó la historia colonial que arreó el Camino Real ordenado por los virreyes y construido por los nativos, enchapado en piedra redonda y que unía a Honda con Santa Fe de Bogotá. Y como por la vena del Río Grande de La Magdalena escurría la civilización europea, el poblado vio desfilar muchas historias y absorbió otras tantas.


 
Afirma el Padre Aguado, cronista español –llegado hacia 1.530 a tierras Calamoimas- que carecen de caciques y señores principales que los gobiernan a quien enteramente obedezcan porque aunque entre algunas de estas naciones hay una manera de personas principales a quien el vulgo o gente española le ha puesto el nombre de Caciques o Capitanes, lo cierto es que no lo son, ni como tales son obedecidos ni respetados ni guardados sus mandatos por los indios. Solamente (...) al indio más valiente y más rico o más emparentado se le tiene una manera de respeto para irse a holgar a su casa y beber y bailar o seguirle en la guerra y no para más..


 Los indios amigos que los cristianos llevaban consigo, que como he dicho eran Calamoimas, siguiendo su antigua enemistad que con los Colimas tienen, seguían también el alcance con bríos tan crueles que ninguno alcanzaba a quien no quitase la vida y así murieron a manos de Calamoimas y españoles más de cien indios Colimas.

 Don Antonio -según el cronista valdemoro-  siguió proponiendo la paz a través de los Calamoimas y combatiendo cuando encontraba resistencia de parte de los indígenas. Del valle de los Sopacas vino a verle un principal de los Itocos a quien don Antonio dijo su pretensión que si quería que en las labranzas de los indios no se les hiciese daño, que ellos propios trujesen el mantenimiento que era necesario para los españoles y Calamoimas que con ellos iban. [1]


El pueblo fue fundado luego hacia finales del siglo XVIII en Guarumo y posteriormente a orillas de la quebrada de Calamoima En estas dos oportunidades fue consumido por las llamas durante los festejos de San Antonio, patrono del villorrio. Pareciera que el fuego seoriginó en la cocina de la Casa Cural vecina a la vetusta Iglesia Colonial.

 A mediados del siglo XIX un grupo de pioneros fundó de nuevo el pueblo en el sitio que hoy ocupa en la pequeña meseta al borde de los desfiladeros de la Cordillera Oriental. Sus límites van hasta Puerto Bogotá, Río Seco y la cordillera empinada, hasta Guaduero y Dindal. Es un vasto territorio, denominado Corregimiento – aunque pareciera que en sus comienzos fue Municipio-. Durante la presencia de la maestra Ligia Romero en la secretaría privada de la Presidencia de la República, durante el mandato de Alberto Lleras Camargo (1.956-1960)) ella trató de mover los estamentos políticos para conseguir que La Paz  tuviera nuevamente  la categoría de municipio teniendo encuenta la riqueza de sus tierras y el espíritu emprendedor de sus gentes. Pero no tuvo éxito. Hoy La Paz es Inspección de Policía, dependiente del municipio de Guaduas.

 

Foto Dayssi Rueda


 Cave anotar que su iglesia  estilo colonial es antigua y conserva sus pisos, columnatas y campanario, aunque ha sido progresivamente desmantelada de sus cuadros y ornamentos.

 El tiempo fue pasando, sin aspavientos, silencioso y la región se pobló con nativos y forasteros que guardaron costumbres, historias y arcaísmos, como herencia formidable. Los avances de la civilización llegaron lentamente. A pesar de que el poblado dista de la capital escasos cien kilómetros, la comunicación con el gobierno central a lomo de mula, por el Camino Nacional resultaba dispendiosa. La apertura al progreso tomó la dirección hacia  Honda, el puerto floreciente, ombligo de Colombia, pues a  los muelles  de Caracolí llegaban las gentes y las mercancías  embarcadas en el exterior o en la costa Atlántica. Los servicios esenciales sólo llegaron a mediados del siglo XX y todavía el villorrio resguardado por los picachos de la cordillera y por las costumbres milenarias es un mostrario de la Colombia profunda que pocos conocen y  entienden.    [2]

 

La economía está capitaneada por la ganadería. Hay 2 fábricas de quesos, una de arequipe y talleres de confección de ropas para niños.

 Las vías de acceso pasan por la carretera Bogotá-Villeta-Guaduas- Honda, cuando a la altura de Pico de Gallo se desprende un ramal de la carretera (7 kilómetros) con un anuncio de novela A La Paz 7 Kilómetros.

 El clima es bondadoso: 18 a 20 grados. Desde su vecindario se columbra el valle del Río Grande de La Magdalena. Sus  pobladores, acogen a los forasteros con cariño y los incorporan a la vida del  villorrio. Conservan el espíritu emprendedor y cívico de los pioneros fundadores.

 Aunque los vientos de la violencia se hicieron sentir hacia los años 50 y aún después. Hoy la calma ha regresado al pueblo y se construye para un futuro prometedor.

 
17/05/2008


1]
ROMERO, Flor. Detrás del Antifaz, P 82-83 

[2] ROMERO, Flor. Detrás del Antifaz, P 83 

 

RESEÑA
 
La Paz de Calamoima es
el corregimiento del municipio
de Guaduas. Se encuentra
a 3 horas de Bogotá y se llega
por la vía La Vega- Villeta-
Guaduas-Alto de la Mona
-Pico Gallo-La Paz. Es una
bella población con un clima
cálido y fresco. Sus gentes
son amables, pacíficos y
trabajadores.
CONTACTO
 
soycalamoima@hotmail.com
 
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